Inspiración viene hacia el solitario corazón de una bella dama, al recordar la voz, que para el oír es placer incomparable, del cauteloso ladrón que le arrebato el corazón, al pensar en esa mirada llena de dulce ambición, penetrante para cada rincón del alma.
Brilla su rostro contentado mientras alza la mirada hacía los luceros del cielo, intentando encontrar la pícara estrella que cada noche se roba los ojos insaciables de su lejano dueño.
Sus ojos, pobres reflejos de la moribunda mente, añoran cada día sin descanso, ver esa dichosa estrella, y tener el alma que únicamente posee su ambicioso amado, aquella inalcanzable alma, cerca como un abrigo, ayuda para olvidar la cruda realidad.
Sueño y fantasía es para ella su única y bella alma, vuela y vuela el corazón embelesado en sus agraciadas e inteligentes palabras.
-Lucy A.
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