Es cuando el alma
extraña
que se vuelve
sabia,
tardía para la
ira
y, tan pacífica.
Seguro se arrepiente
de no tenerte,
haberte tenido y,
dejarte ir.
Tan vano es el
corazón
Que se
enorgullece
Y se descuida
De lo que tenía
libre.
Enceguecido por
su gallardía
Suelta a quien le
ama
Para luego llorar
Y tan sólo,
habitar.
Desea…
Que no se hubiera
ido
Con quien amaba
bailar.
Anhela lo que
fue,
Por no haber sido
Y lo que no será,
Por su ingenuo
olvido.
Extrañarte es un
error,
Equivocación mía.
Es el constante
recuerdo
De tu partida,
Ignorancia mía,
Aun amándote tanto.
Corazón ingenuo
Que no sabe
escuchar,
Aprende a amar y,
No extrañar.
Es cuando el alma
extraña
Que se vuelve
sabia.
Lucy A.
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