Una carta Atemporal



Para: los vivos

A veces el tiempo pasa muy rápido, de repente te das cuenta que conociste al amor de tu vida hace cuatro largos años, aunque apenas fue ayer.
O, cuando celebras el vigésimo cumpleaños de tu amigo que ayer tenía dieciséis, que hay de aquella vez en la que tu hermano el barbón cumplió veintitrés años y, vaya, ayer tenía tres.
A veces la vida pasa tan lento
Como aquella vez que esperabas las vacaciones y el último mes de escuela parecía interminable o esa en la que descubriste el regalo que recibirías para navidad, el 24 de diciembre jamás paso tan lento... y, como olvidar la clase de matemáticas en la que el reloj parecía congelado.
 Qué tal tu cumpleaños diecisiete, definitivamente el año que le sigue es interminable.
No se puede dejar de lado aquella vez en la que escribir se vuelve difícil incluso imposible, parece eterna la agonía de no encontrar las letras.
El tiempo funciona de maneras extrañas, va corriendo de vez en cuando y a veces le gusta ir como un caracol.
La vida definida por el tiempo se ve así:
En la noche cierro los ojos y mañana ya han pasado dos guerras mundiales.
Pero también es parecida a la espera del día de tu boda, tan eterna y desesperante, pero al final...
Todo ha valido la pena.

Lucy A

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