Un lugar cabal
lleno de paisajes
amenos
un solo sabor
de perfección
volátil.
Todos somos uno
sin nosotros no
hay mundo
aunque con
nosotros este peor
la tierra nos llamó
suyos.
Orando unidos
la misma plegaria
que se acabe el
tiempo
y, que seamos
eternos.
Pensando sin
pensar
en el placer de
la vida
y, anhelando sin
descanso
el placer de
morir.
Integrando poco a
poco
ideas y tontadas
aceptando y
rechazando
como juez en
tribunal.
Allá está, allá
arriba
en el cielo de
cada día
la intachable
tierra
en la que vivimos
sin valía.
L
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