Carta a mi Madre




Carta a mi Madre:

Estaba yo un día sentada en mi alcoba observando como cosías los pantalones que había roto en la escuela, estaba viendo la televisión mientras tú lavabas mi ropa, pero recuerdo una vez que estaba yo encerrada en mi cuarto y te oí llorar, yo no sabía que un ser tan fuerte se pudiera quebrantar, entonces me pegué a la puerta a escuchar tus sollozos, fue el llanto más bello que jamás escuché, estaba lleno de amor y era más puro que el río más limpio, era pureza, el amor en todo su esplendor.
Llorabas porque te habías pinchado mientras cosías, porque tenías las manos tan duras por pasar en la lavandería, llorabas porque te cortaste el dedo índice por pelar un tomate. Y, sin embargo, te secaste las lágrimas, te viste al espejo y sonreíste; enseguida buscaste una aguja y acabaste de arreglar mis pantalones, luego buscaste los guantes y sin dudarlo lavaste mis uniformes y apenas me viste con hambre tomaste el cuchillo que te hizo sangrar y me pelaste un tomate, no te importaron tus heridas tú solo continuaste y siempre lo hacías, siempre lo has hecho.
Mamá, esta carta es para que sepas que, aunque me encerraba y me escondía era para contemplarte y que no te rindieras, quiero que sepas que estoy agradecida por tu infinita fuerza, por las noches que me dedicaste y la comida que me preparaste, que te amo y no lo dudes, no me alcanzarían ni mil palabras para darte unas dignas gracias.

-Lucy A

Publicar un comentario

0 Comentarios